Una Pequeña Gran Historia
A. R. Machí

       Decididamente, no es fácil contar una historia de 25 años de edad, y mucho menos sí no la hemos vivido en su totalidad. Pero, nuestra corta estancia en esta empresa, sabemos compensarla escuchando.
Escuchando viajes al continente africano, aventuras con un Renault 4, leyendas de un 127, sacrificios con un Ford Fiesta, ó virtudes de un Peugeot. Nos han contado historias de la sociedad de la empresa, ventas raras, montajes especiales, problemas, épocas de vacas flacas y también gordas, y como no, hemos tenido el placer de saborear, cada año, el jamón de Navidad.

      No es moco de pavo; hace 25 años muchos de nosotros todavía empezábamos a caminar por la vida, al mismo tiempo que nacía una empresa como tantas otras insignificante, llamada Mecatronic. Entre las tuercas sobrantes de un taller de coches y las virutas de un torno de Istobal, se fundía el proyecto de aquellas personas  tan ilusionadas, que hoy, insustituiblemente siguen al frente de nuestra empresa, dando la cara y lo que haga falta, por esta nuestra casa.

25 años después, a 12 de Julio de 1998 sigue, sino tan joven,  sí mucho más viva si cabe; y lo que empezó con unas pocas naranjas de goma, creció en todo este tiempo a un nivel industrial más que envidiable, con maquinas perfectamente cualificadas para cruzar el océano rumbo a América, repartirse por muchos países de la  Unión Europea, ó alcanzar un continente tan difícil como es el asiático.
    Y en eso hay que pensar, en no perder nuestro nivel, sino en aumentarlo; 25 años no son nada si utilizamos los 25 siguientes en aniquilar el pasado; un cuarto de siglo es el principio, es la llegada al cruce de caminos en el cual debemos sentarnos a descansar, para levantarnos con más fuerza, pero sin prepotencia, con orgullo pero sin chulería, y con el planteamiento claro de que entre todos, podemos seguir rellenando el álbum de años cumplidos para gloria de aquellos, que un día cualquiera del verano del 73 creyeron en este sueño.
   Debemos ser capaces de cumplir un objetivo común: conducir a Mecatronic a la más elevada magnitud, juntos, sin preocuparnos sí todos llegaremos al final ó sí nos quedaremos en el camino; porque sí alguna vez debemos abandonar esta empresa, nuestro trabajo, si esta hecho con el corazón, perdurará a través del tiempo.
Todos podemos mejorar, perfeccionarnos, respetarnos más como seres humanos y compañeros que somos, y así, aunando esfuerzos, ir subiendo peldaños aunque sean pequeños.
Nada, que quede claro, nada se consigue si no es trabajando; trabajando limpio, haciendo las cosas con cariño, y no sólo con las manos, sino utilizando las herramientas de la mente, el repuesto de la memoria, y el cronometro de la organización.

    Queda dicho, los que no pudimos escribir el pasado de Mecatronic, tenemos tinta más suficiente para escribir su futuro, sólo necesitamos que nos emplacen a demostrarlo.
Esperando que así sea y abusando de la confianza de nuestros dos jefes, queda reservada esta mesa para el 12 de Julio del 2023.